Alejandro Deustua

29 de may de 2018

Colombia Repotenciada

A la tendencia antisistémica que la dictadura de Maduro intenta establecer en la región, su vecino, Colombia, acaba de imprimir un contrapeso estratégico y de status. La institucionalización de una nueva vinculación de seguridad con Occidente y de un camino al desarrollo por la vía liberal impactará fuertemente al norte suramericano, a la Alianza del Pacífico y quizás al Cono Sur.

La invitación de la OCDE a Colombia para devenir en miembro pleno de esa entidad y el acuerdo con la OTAN que convertirá a ese país en “socio global” de la principal alianza militar es mucho más que una buena noticia para América Latina. En efecto, se trata de un cambio estructural en el posicionamiento externo de Colombia –con fuertes implicancias regionales- que la inserta en el núcleo más avanzado y poderoso de la comunidad internacional en la que el liberalismo se practica como modo de vida y como sustento de seguridad.

En relación a la OCDE Colombia se convierte en el tercer país latinoamericano que aseguraría términos de gobernabilidad sustentados en prácticas y estándares que comparte con países desarrollados en su camino al desarrollo.

Ello le otorga un sello de garantía contra el impulso desestabilizador que proviene de Venezuela. Y también la consolidación de una inserción moderna cuyo derrotero occidental se consolida entre los miembros de la Alianza del Pacífico. Ahora, ese grupo pasa a estar integrado ahora por tres miembros plenos de la OCDE mientras el cuarto –Perú- se enfila por ese camino buscando mejorar la calidad de su gestión, de sus fundamentos y de su acceso a los mercados.

En el caso del acuerdo con la OTAN, Colombia pasa de ser un socio privilegiado de los Estados Unidos en el ámbito de la seguridad (el Plan Colombia es una muestra) a convertirse en una “socio global” de la mayor alianza militar defensiva de Occidente y del mundo con la anuencia de todos los integrantes de esa organización.

Este acuerdo, que se viene negociando desde el 2013, permitirá a Colombia y la OTAN mejorar su cooperación en áreas de interés compartido fortaleciendo intercambios de inteligencia, mejora de capacidades, de entrenamiento, de transparencia y de participación en operaciones conjuntas sin que Colombia adquiera obligaciones de defensa mutua ni integre la gran alianza. Ello brindará mayor estabilidad al escenario caribeño y grancolombiano desestabilizado militarmente por la alianza cubano-venezolana y sus vinculaciones.

Ese acuerdo, al que han accedido otros Estados en diferentes continentes, ha sido antecedido por el que otorgó a la Argentina el status de ‘aliado extra-OTAN’ en 1998 pero a iniciativa de Estados Unidos antes que de la alianza. Con ello el norte y sur de Suramérica tendrían asociaciones de seguridad transatlántica si el acuerdo con Argentina estuviera vigente.

El nuevo status económico y de seguridad colombianos puede, sin embargo, retraerse si el candidato triunfador de las elecciones en curso lo decidiera o desaprovecharse si el nuevo gobierno alterara el rumbo seguido hasta ahora.

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