Alejandro Deustua

23 de jun de 2021

EEUU Adelanta Opinión

Nuestra relación con Estados Unidos es tan fluida como silenciosa y, hoy, casi indiferente. Pero ayer se produjo una notoria desviación de ese patrón de conducta: el Departamento de Estado congratuló a las autoridades peruanas por llevar a cabo unas elecciones “libres, justas, accesibles y pacíficas”.

Ese notorio punto de inflexión fue más allá cunado los autores del comunicado exacerbaron el elogio considerando que el proceso electoral peruano es “un modelo para la región”.

A la luz de los hechos ese comunicado demuestra una preocupante desconexión con la realidad peruana y su circunstancia electoral. Teniendo en cuenta el gran aparato de recolección informativa de la que se nutre la autoridad norteamericana ello llama la atención (y puede ser peligroso a la luz de la fuerte inestabilidad regional).

Al respecto quisiéramos creer que esa distorsión se debe al proceso de desinstitucionalización padecido por el Departamento de Estado y a sus consecuencias de maltrato y desfinanciación de ese organismo ocurrida durante la administración Trump.

En el peor de los casos, algunos preferiríamos creer que el gobierno norteamericano ha tomado partido por el candidato Castillo considerando que, en su opinión, va a ganar (una cuestión aún improbable) y desea una aproximación preventiva.

Pero la inmensa brecha existente entre los indicios de fraude (que son múltiples), la desconfianza de la mayoría ciudadana nacional en relación a la autoridad electoral y el diagnóstico oficial norteamericano es tan grueso como alarmante. Sobre el particular nos gustaría saber quién informa al Departamento de Estado sobre esta materia y si esas fuentes son oficiales, oficiosas o vinculadas a ciertas personas en particular.

Felizmente, la diplomacia norteamericana agrega en su comunicado la importancia de que se permita a la autoridad electoral peruana el tiempo suficiente para absolver (las incertidumbres, se entiende) y que, indirectamente, sugiera que no deben haber autoproclamaciones o reconocimientos apresurados hasta que se proclame el ganador de acuerdo a la ley peruana.

Los peruanos deseamos las mejores relaciones con los Estados Unidos y consideramos imprescindible su colaboración. Pero el comunicado diplomático de ayer no es coincidente con, por lo menos, la mitad de los ciudadanos peruanos.

Sobre el particular y bajos sus actuales circunstancias lo deseable es que la Cancillería tome la acción apropiada por esta intromisión. Pero, probablemente, ello no ocurrirá.

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