El Presidente Noboa Consolida Su Mandato
- Alejandro Deustua
- hace 2 días
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15 de abril de 2025
El presidente de Ecuador Daniel Noboa (Acción Democrática) ha avanzado en la indispensable consolidación de un gobierno originalmente frágil. En efecto, con una clara ventaja de casi 12 puntos (56% a 44%) sobre la contendora Luisa González, representante correista del Movimiento Revolución Ciudadana, Noboa acaba de triunfar en segunda vuelta de los comicios presidenciales. Al superar el pequeñísimo margen de su victoria de apenas 16746 votos en la primera vuelta de febrero pasado, el presidente debiera ahora tener mayor latitud para gobernar durante el período regular 2025-2029.
Aún así, sin embargo, el triunfo oficialista no parece suficientemente amplio para lograr dos objetivos principales: articular suficiente consenso para acabar con la gravísima amenaza que plantea la violencia criminal organizada y terminar con la polarización política que debilita todo esfuerzo. De persistir tales obstáculos, la supervivencia de la democracia ecuatoriana no estará asegurada y tampoco agregará peso político ni económico a la subregión andina a la que pertenece.
Ello no obstante, el triunfo de Noboa ha dejado atrás la excepcionalidad que marcó el origen de su gobierno. Como corolario de la crisis de 2023 (que su antecesor, Guillermo Lasso, confrontó recurriendo a la destitución del Congreso a cambio de su propia renuncia -la “muerte cruzada”-), Noboa fue electo para culminar el período del presidente renunciante. Éste había gobernado apenas 2 años en medio de movilizaciones de protesta motivadas por las penurias del ajuste fiscal, el incremento de precios y la escalada del crimen organizado.
Este nuevo período de crisis que marcó al gobierno del presidente Lasso siguió, primero, a la década de inicial y aparente estabilidad lograda por Rafael Correa entre 2007 y 2017. Y, después, al gobierno de su vice-presidente Lenin Moreno que concluyó también bajo apremio popular.
La década del gobierno de Correa se sustentó en un fuerte gasto público orientado, en teoría, a lograr bienestar, desarrollo agrario y transformación tecnológica. El precio del petróleo y préstamos chinos apuntalaron la idea del Buen Vivir tributaria del experimento boliviano y transformada en plan de gobierno. Pero cuando el precio del petróleo cayó entre 2013 y 2017 Ecuador entró en recesión y la protesta social fracturó, otra vez, el apoyo político del gobierno.
En el curso de los cuatro años del gobierno de su sucesor, Lenin Moreno (ex vice-presidente de Correa), Ecuador parecían haber iniciado la recuperación de sus fundamentos económicos. Pero el gobierno de Moreno fue también cuestionado por los movimientos sociales (especialmente el “indígena”) cuando aquél intentó aplicar la disciplina económica requerida. La organización política de estos movimientos persiste hasta hoy (el Movimiento Pachacutik, la CONAIE) mientras el correísmo partidario (Movimiento Revolución Ciudadana) todavía se muestra fuerte.
Al sufrir luego el presidente Lasso el mismo reclamo después de profundizar el ajuste y verse obligado a concluir su gobierno enfrentando acusaciones de corrupción ligadas a una empresa pública, Ecuador pareció retornar al período caótico de 1997- 2006 cuando dio cabida a 7 presidentes (en ese período el presidente Mahuad optó, in extremis, por la dolarización de la economía para evitar la debacle monetaria y financiera en medio de una crisis de endeudamiento, escasos ingresos petroleros y crisis externa).
En las elecciones de emergencia convocadas por Lasso, triunfó Noboa quien pretendió, desde entonces, un período de gobierno regular más adelante. Sin embargo, la amenaza del narcotráfico expresada en fuerte crecimiento de tránsito de droga a través de organizaciones criminales, ya se había establecido en Ecuador. En su combate Noboa empeñó gran parte del capital político de su gobierno y Ecuador se había convertido en el país más violento de América Latina (entre 2019 y 2023 la tasa de homicidios creció 574% estableciendo la marca de 47.25 por mil habitantes, PADF). Noboa estableció entonces el estado de emergencia, declaró que el país se encontraba en conflicto armado interno y definió a las bandas que lo atizaban como organizaciones terroristas. Ello produjo excesos (p.e. la violentación de la embajada de México para capturar a un acusado de corrupción con la consecuente ruptura de relaciones declarada por México). Sin embargo el 2024 concluyó con una pequeña reducción de la tasa de homicidios a 39.83 por mil habitantes (una caída de 7.42 puntos). En ese contexto, Noboa extendió el estado de excepción en 7 de 24 provincias (incluido Quito) antes de la segunda vuelta.
Para asistir en mejorar la situación de seguridad, Noboa ha solicitado cooperación de Estados Unidos y avanza tratos con la Unión Europea al respecto (UE). En relación a la asistencia norteamericana se evalúan cambios constitucionales para permitir la presencia de fuerzas extranjeras en Ecuador.
En el escenario económico, Noboa afirma haber “salvado la dolarización” duplicando las reservas internacionales a US$ 8645 millones, reduciendo el déficit fiscal 3.5% a 1.4% mientras las exportaciones agrícolas aumentaron. A ello contribuyó un préstamo del FMI de US$ 4 mil millones. Sin embargo, la recaudación tributaria cayó 13% y la economía se contrajo 2.5% en 2024 debido a la mayor sequía “en 60 años”, al fuerte racionamiento eléctrico y a la persistencia de la violencia organizada. El Banco Mundial proyecta, sin embargo, un crecimiento de 2.3% del PBI ecuatoriano para 2025 (BM).
Esa estadística esperanzadora es una buenas noticia para el Perú que requiere de un vecino estable en la frontera norte capaz de generar una integración tan disminuida en el escenario andino. Por lo demás, estando el Perú también plagado de amenazas trasnacionales generadas por delincuencia organizada y por altas tasas de informalidad, la cooperación con Ecuador en este ámbito, de la que no se brinda mucha información, resulta indispensable.
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