Diecinueve años después de que la OMC reemplazara al GATT y transcurridos doce años desde el inicio de la Ronda Doha, aquella entidad ha logrado en Bali su primer acuerdo significativo.
Si ese largo ciclo muestra el enorme peso de los intereses nacionales en la regulación de los intercambios de bienes y servicios en un mercado abierto, la concreción del “Paquete Bali” abre una nueva oportunidad al multilateralismo económico, relanza la Ronda Doha (que debiera favorecer a los países en desarrollo) y fortalece la debilitada credibilidad de la OMC.
El acuerdo pudo lograrse gracias a la postergación de los temas más complicados y la concentración en objetivos con mayor convergencia de intereses. Estos giraron en torno a la facilitación del comercio, agricultura y desarrollo. El primer acápite fue dominado por la mejora de procedimientos aduaneros, el segundo por la protección temporal de stocks ligados a la seguridad alimentaria y la declaración política sobre reducción de subsidios a las exportaciones y el tercero por reglas simplificadas de origen y acceso de los países menos adelantados a los mercados desarrollados.
Según la OMC los beneficios derivables de la facilitación del comercio agregarán entre US$ 400 mil millones y US$ 1 trillón a la economía global. Teniendo en cuenta que el comercio crecerá este año apenas 2.9% (FMI) por debajo del escaso 3.3% proyectado por la OMC en abril pasado, se entenderá que el acuerdo aporta algo más que reglas al flujo de los intercambios.
Especialmente si éste incluye una hoja de ruta que permite retomar la conclusión de la Ronda Doha complicada por la colisión de intereses nacionales en el contexto de la regla de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
El Perú, electo a una de las vicepresidencias que gestionaron Bali, fue coadyuvante al resultado logrado. Sus intereses (ligados a la protección de los recursos genéticos y del conocimiento tradicional, la abolición de los subsidios a la pesca, la liberalización de los productos tropicales y el libre movimiento de personas) se podrán alcanzar en el proceso reabierto.
Éste no será fácil (subsidios, cuotas y problemas políticos como los bloqueos comerciales planteados por los países del ALBA seguirán interactuando). Pero el camino se ha despejado.
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