top of page
  • Alejandro Deustua

Implicancias de Corto y Largo Plazo del Retiro de las Políticas de Estímulo

Considerando que la economía peruana crecerá este año 5% (y, oficialmente, quizás 6% sin contar el efecto de El Niño o de la inestabilidad política) el Ministerio de Economía ha anunciado el estudio de las medidas destinadas a retirar el Plan de Estímulo Económico a partir de un plazo no precisado (quizás en el segundo semestre).


Sin embargo la CEPAL se ha pronunciado por la persistencia diferenciada en las políticas de estímulos para consolidar el crecimiento en un contexto incierto. Antes de ello, el FMI ha reiterado ser decidido partidario de esas políticas expansionistas hasta que la recuperación global se asegure. Sin embargo, aunque no ha fijado posición de lo que se considera el momento adecuado para su retiro, sí está al tanto de que regiones con mayor crecimiento, como Asia, podrán proceder antes.


Uno de los factores que el MEF debe considerar en esa decisión será, como es evidente, el contexto externo a la luz de la fuerte interdependencia mostrada en la crisis (que corroboró que el “delinkage” de largo plazo no es posible) y las disímiles vulnerabilidades de sus agentes. En ese escenario se constata una creciente preocupación por el potencial inflacionario de las medidas expansivas a pesar de que la recuperación es, en general, aún frágil. Esa preocupación es más evidente en las economías que crecen fuertemente (China) o que han empezado a crecer (Estados Unidos) y menos, pero latente, en donde el crecimiento no aflora decididamente (la Unión Europea). Ello muestra que la mecánica del retiro de las medidas de estímulo será más compleja de coordinar aunque el marco conceptual para ello exista.


Así, en Estados Unidos, el presidente del FED Ben Bernanke ya ha informado al Congreso sobre los planes de su organización para retirar liquidez del mercado una vez que los programas de estímulo hayan cumplido con su función. Aunque la fecha para su ejecución no ha sido señalada, ya se ha informado de la disposición a emplear recompra de papeles (reverse depos), a incrementar el uso de certificados de depósitos y otras formas de disminuir las reservas que fomentan el crédito y el exceso de liquidez en el mercado cuando sea apropiado.


Eventualmente ello implicaría un incremento de la tasa de referencia norteamericana que hoy se encuentra en el nivel históricamente bajo de 0%-0.25% siempre que el incipiente crecimiento del 2009 se consolide (en Q4 Estados Unidos creció 0.8% vs. 06% en Q3 y en el año el 2009 creció 0.1% más que en el 2008 según la OCDE).


De otro lado, el fuerte crecimiento chino (10% este año que algunos proyectan a 12%) ya va acompañado de un manifiesto componente inflacionario: un aumento 1.5% en el índice de precios del consumidor de enero en relación a enero de 2008 y de 4.3% en el índice de precios del productor en ese mes –WSTJ-). Ello ha impulsado al gobierno chino a adoptar algunas medidas internas para controlar el incremento de los precios.


En efecto, la exigencia de reservas a los bancos se ha incrementado un par de veces en lo que va del año (a 16.5% en los bancos grandes y 14.5% en los pequeños) (WSTJ) con el propósito de atenuar el ritmo de otorgamiento de créditos. Es más, algunos no consideran improbable que el yuan se revalúe moderada, y quizás temporalmente, como medida antiinflacionaria como ya ocurrió en el pasado. A mayor abundamiento, el FMI acaba de reiterar las bondades que la revaluación tendría en Asia teniendo en cuenta que esa región crecerá en promedio este año al 7% este año.


Esta preocupación por la inflación (que en China puede tener un efecto desestabilizador considerable) está siendo acompañada por la reducción de vulnerabilidades estructurales de esa potencia emergente. La más saltante es la venta de US$ 34 mil millones de bonos del Tesoro norteamericano.

El resultado de esa venta tiene características geoeconómicas importantes: China ha preferido dejar de ser el principal acreedor de los Estados Unidos (una tenencia de deuda por US$ 755.4 mil millones) y dejar que Japón la sustituya en ese carácter (US$ una cartera de 776.8 mil millones) (WSTJ) con el propósito de atenuar su dependencia del mercado financiero norteamericano. Si ello implica distribuir el riesgo de sus inversiones también es una demostración de poder.


El caso europeo parece disonante en este marco. A pesar de la fuerte preocupación inicial del Banco Central Europeo por el impacto inflacionario de las medias de estímulo, éste no ha anunciado aún qué hará para atenuar ese efecto. Y quizás no lo pueda hacer ahora porque la Eurozona apenas creció 0.1% en el 4Q del 2009 por debajo de la tasa de crecimiento de 3Q (0.4%) según la OCDE. Si esa tendencia persiste el crecimiento de 1% proyectado por el FMI para la eurozona difícilmente arrastraría un componente inflacionario (y menos si al compromiso griego de reducir el déficit fiscal mediante importantes ajustes es seguido por los miembros de la zona que presentan alto déficit fiscal y alta deuda en relación al PBI).


Además de evidenciar tendencias diferentes con el Asia, un cuestionamiento del ya débil crecimiento europeo proyectado para este año debería influenciar la proyección del crecimiento global (3.9% según el FMI). En lugar de ello, sin embargo, el FMI considera que ese crecimiento podría ser revisado hacia arriba.


Ello indica que el peso de la eurozona en la economía mundial es menor de lo que era antes de la crisis (lo que no ha ocurrido a pesar de la tendencia que marca el crecimiento chino) o que subsisten contradicciones en la información que proporcionan las agencias multilaterales.


Sin embargo, asumiendo que el crecimiento europeo se mantenga en el insuficiente nivel estimado, el predominio de las tendencias conservadoras podría estimular las sugerencias de recortes a los estímulos. Ello implicaría que al efecto disciplinario del ajuste griego en la eurozona, puede sumarse el discurso contractivo. Así lo acaba de demostrar el Secretario General de la OCDE en el Foro Mundial de Competitividad quien ha recordado la necesidad de retirar los subsidios a las empresas (que, aunque distinto a los programas de estímulo, representan 0.5% del PBI europeo) si los fundamentos de la recuperación se han de consolidar sanamente.


En este complejo escenario de interacción entre crecimiento global e inflación, países chicos como el Perú tendrán que tomar decisiones sobre sus políticas de estímulo. A ellas debería agregarse la ponderación del posicionamiento resultante de las eventuales políticas contractivas de las economías mayores. Si esas políticas se miden por la buena combinación de crecimiento con inflación moderada, también deben considerarse a la luz del cambio sustancial de las tendencias de crecimiento que producirá su aplicación. Cualquier decisión del MEF sobre el retiro del PEE debe considerar esta última variable en el orden regional y global.



4 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo

El 2010 en el Hemisferio Americano

Las relaciones interamericanas han mejorado en el año impulsadas más por la mejor relación intralatinoamericana que por la de Estados Unidos

2011: Fragmentación y Cambio de Sistema

“Fragmentación” es quizás el sustantivo más empleado por los comentaristas mediáticos para definir la situación económica y política...

Logo Contexto.png
Header.png

Susbríbete a nuestra revista

Síguenos en

  • Facebook - Contexto.org

Gracias por suscribirte

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Nosotros

SmartBoy 2020

bottom of page