La crisis del gabinete Merino acaba de superarse con la designación del nuevo Primer Ministro, el Dr. Carlos Ferrero y de cuatro nuevos mistros (el Embajador Manuel Rodríguez Cuadros en Relaciones Exteriores, el General Roberto Chiabra en Defensa, el señor Jesús León en Agricultura y la señora Nidia Fuelles en el Ministerio de la Mujer).
El gobierno debe recuperar ahora el terreno perdido por una crisis que, impulsada por una corriente de rumores que no respetó la vida privada de los involucrados, erosionó fuertemente su capacidad de gestión. El presidente ha deseado emprender esta tarea señalando prioridades orientadas al beneficio de las mayorías: la inversión social y la generación de empleo.
El mensaje ha sido claro y escueto en el compromiso con políticas de responsabilidad en el manejo de la economía, la protección de la industria nacional contra la competencia desleal (especialmente la proveniente del dumping, los subsidios a la producción extranjera y el contrabando) y el relanzamiento de las políticas agraria y de privatizaciones y concesiones. La agenda general que enmarca estas prioridades se organiza en torno a la reforma del Estado, la apertura de mercados (especialmente a través de la negociación de acuerdos de libre comercio con estados Unidos y la Unión Europea) y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
El Presidente ha reclamado el consenso nacional para llevar a cabo estas polítcas. Ello demandará dos esfuerzos adicionales: de parte del Ejecutivo y del Legislativo, una voluntad clara de mantener la línea trazada, de tomar decisiones eficientes y oportunas al respecto y, especialmente, de recuperar la probidad y serenidad en la conducta pública . Y de parte de los medios, una disposición a enfatizar los temas de fondo superando la tendencia reciente a subrayar aquellos temas que conducen, a veces con demasiada facilidad, al escándalo. Este difícil equilibrio debe fortalecer una tercera líena de acción que compromete al sector público y al privado: la lucha contra la corrupción que el Poder Judicial no aborda con la suficiente energía.
El nuevo gabinete debe tener éxito en estas materias si desea alejarse del barranco, a veces demasiado próximo, de la ingobernabilidad.
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